Cualquier persona que siga un poco mis fotos sabrá que un lugar muy muy fotografiado y que no me cansaré nunca de hacerlo, es la zona del Molino de Papel (Maro, Nerja).
Cada amanecer ofrece algo diferente al anterior, la conexión de la naturaleza contigo, el sonido del mar susurrando en los primeros rayos de luz del Sol. Es una auténtica experiencia que creedme, engancha.
Los tonos suaves pero atractivos de esta foto consiguen introducir al espectador/a un poco en situación, pero nada que ver con vivirlo en persona.